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LARREA. CUARESMA 2019, OCDS. “AMAR, MORIR, RESUCITAR………INTERCEDER”


LARREA. CUARESMA 2019, OCDS. “AMAR, MORIR, RESUCITAR………INTERCEDER”

Es 5 de abril, viernes de la 4ª semana de “Cuaresma”. Como otros años también en éste hemos reservado la OCDS, en Larrea, en la Casa de Espiritualidad de los Carmelitas Descalzos de la Provincia de Sn Joaquín de Navarra, un fin de semana para hacer un alto que nos ayude a coger fuerzas para el camino. Cuaresma como tiempo de preparación, purificación, reflexión y conversión espiritual es la idea que nos ha llevado a los que poco a poco vamos llegando, una vez más, de todas las partes de la Provincia, a saber, Santander, Bilbao, Vitoria, Corella, Calahorra y Pamplona. Se ha unido a la Orden del Carmelo Descalzo Seglar amigos de la espiritualidad carmelitana, formando en total un grupo de 40 si incluimos al Padre Asistente, Antonio Viguri, OCD.

Larrea nos espera con una tarde soleada y la huerta de la Casa es una explosión de la primavera: margaritas, caléndulas, calas y un largo etcétera de todos los colores nos reciben dándonos la bienvenida. Muchos nos conocemos y hemos compartido en Larrea, en otras ocasiones, experiencias parecidas a la que nos proponemos.

A las 20:00 horas en la capilla, una Eucaristía seguida de Vísperas nos ponen en marcha. Después de la cena, el silencio como un aliado imprescindible, para dar una oportunidad de dejarse oír el Dios Trinidad, nos va acompañar hasta la Eucaristía del domingo, que pondrá punto final al retiro.

En la presentación del retiro, el Padre Viguri nos propone como punto de partida y que a la vez lo puede ser todo: “AMAR, MORIR,RESUCITAR, recordándonos con estas palabras al Jueves Santo, Viernes Santo y el Domingo de la Resurrección de Jesús y, a su vez, lo que bien podría ser la vida de cada uno de los que allí estamos: vivir desde el amor para propiciar dejar atrás al “hombre viejo” y resucitar al “hombre nuevo”.

Desde esta premisa, el sábado y domingo nos centramos en profundizar en la importancia de la oración, que solo es llenarnos de Dios y, sobretodo, en la oración de intercesión para hacer llegar ese Dios a los demás. En esta empresa, como no podía ser de otra manera, nos ayuda la Palabra con la Parábola de los 3 amigos y la Viuda pesada. En cada uno de los pasajes el Padre va desmenuzando ideas, personajes, posibles significados, dónde nos situamos cada uno en la escena, para terminar por concluir que en la intercesión nos hacemos puentes por donde pasa la acción de Dios a la persona para la que se pide. La petición no tiene que ser rutina, tiene que ir acompañada de una introspección de la persona por quien intercedemos.

El sábado por la tarde, además, vivimos la Liturgia Penitencial Nos ayuda una motivación del Padre con un guion de “examen de conciencia” en tres partes: “Mis relaciones y actitudes con Jesús, mi Salvador”, “Mis relaciones y actitudes de sentirme “Salvado” con los demás”, “Mis relaciones y actitudes conmigo mismo, hombre/mujer salvado”. Ayudan 3 Padres del Colegio de Amorebieta y 2 del convento de Larrea para agilizar la participación en el Sacramento, que lo tenemos que ver, nos dice el Padre, como una oportunidad que damos a Jesús para que nos “sane, cure y libere” A la noche una exposición del Santísimo y orar Completa ponen punto final al día.

El domingo, después de la motivación del Padre, con la historia de “La Viuda Pesada” para continuar profundizando en el tema estrella del encuentro; la oración y con las ultimas pisadas entre flores y paseos de kiwis, -en estas fechas bastantes desnudos todavía- una Eucaristía, como acción de gracias, pone el punto final a nuestros propósito, aunque será la comida, con conversación sonora después de tanto callar, el final alegre, a modo de despedida, hasta una próximo encuentro. Comentan que a finales de mayo e inicios de junio está previsto el próximo.

De momento me toca despedir éste, y no puedo hacerlo sin antes agradecer al Consejo de la OCDS por todo lo que les ha tocado preparar, especialmente lo acertada que ha estado la Liturgia de las Horas; a la Orden de los Carmelitas Descalzos de San Joaquín de Navarra por la Casa en un entorno tan privilegiado que invita a hacer realidad las “verdes praderas” del salmo 23; a las Hermanas que cuidan la casa y nos atienden tan bien, con tanto cariño, comidas tan ricas; al Padre Viguri por su ayuda, por los caminos que ilumina a través de la Palabra, los Sacramentos; a todos los que acudimos al encuentro, sin nosotros nada de los que estoy contando hubiera podido ser posible y, ¡cómo no! a ti Jesús, que nos has enviado de nuevo a casa, pero esperas nuestras oraciones, nuestras peticiones, sin cansarnos, para resucitar todo lo que a nuestro alrededor y en nosotros mismos está muerto, para convertir nuestras vidas y todo lo que amamos en Domingos de Resurrección. Que así sea.

Amparo Esparza, OCDS

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